A pesar de una semana de arduo trabajo por parte de los brigadistas, los incendios forestales en el Parque Nacional Los Alerces, en Chubut, persisten activos y descontrolados, consumiendo ya 2.830 hectáreas de este tesoro natural. Según el último informe, el fuego muestra especial intensidad en los cañadones debido a las desfavorables condiciones meteorológicas, que incluyen vientos fuertes y altas temperaturas.

Las labores para contener las llamas continúan, con los equipos trabajando con líneas de agua y herramientas manuales en los puntos más críticos de los ocho sectores afectados. Sin embargo, el marcado aumento de los vientos provenientes del oeste, con ráfagas de hasta 40 kilómetros por hora, presenta un desafío adicional para los brigadistas, complicando aún más la situación.

Además de la emergencia ambiental, la situación se ve enredada con acusaciones del gobernador Ignacio Torres, quien señala a Cruz Cárdenas, miembro de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), como presunto responsable de iniciar los incendios. La RAM reacciona anunciando una demanda por “acusaciones racistas”, mientras Cárdenas se defiende, negando cualquier participación y cuestionando la falta de pruebas concretas en su contra.

Este nuevo giro en la tragedia destaca la complejidad no solo del desastre ambiental sino también de las dinámicas sociales y políticas que se entrelazan, añadiendo un nivel de incertidumbre en la gestión de esta crisis que desafía a la comunidad y a las autoridades por igual.