El gobernador adelantó algunas de las problemáticas que afronta la provincia en los próximos años, en donde destacó un “alto retraso en el acceso a las viviendas, salud y educación” junto con grandes números en pobreza. 

Al asumir la gobernación de Neuquén, Rolando Figueroa se enfrenta a una herencia monumental: una deuda que asciende a 1.160 millones de dólares y una tasa de pobreza alarmante del 40%. El mandatario adelantó las difíciles realidades que definirán su gestión, destacando un “alto retraso en el acceso a las viviendas, salud y educación”.

La deuda significativa coloca a Figueroa ante un desafío financiero considerable. El gobernador reconoció la situación, advirtiendo sobre la complejidad de honrar los compromisos financieros en medio de una economía ya debilitada. Se espera que la administración de Figueroa implemente medidas cautelosas y estratégicas para abordar la deuda y estabilizar las finanzas de la provincia.

Además de la carga financiera, Figueroa señaló áreas críticas en las que la provincia enfrenta grandes desafíos. El acceso a viviendas, salud y educación se presenta como una tarea urgente, con un “alto retraso” que afecta directamente la calidad de vida de los habitantes de Neuquén. El gobernador expresó su compromiso de abordar estas deficiencias y mejorar las condiciones en estas áreas clave.