El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, declaró este domingo que Estados Unidos “prefiere” la diplomacia para evitar que Irán adquiera un arma nuclear, pero no descartó una acción militar.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, declaró este domingo que Estados Unidos “prefiere” la diplomacia para evitar que Irán adquiera un arma nuclear, pero no descartó una acción militar.

“Seguimos creyendo que la forma más eficaz de abordar las preocupaciones de la comunidad internacional sobre el programa nuclear de Irán es a través de la diplomacia. La diplomacia nunca está fuera de la mesa”, afirmó en una entrevista con la cadena de televisión Al Arabiya.

En este sentido, el secretario de Estado reiteró que el “camino preferido” de la Casa Blanca es la diplomacia, aunque el presidente Biden también ha dejado claro que Washington está decidido a que Irán no tenga un arma nuclear.

Preguntado sobre si Washington baraja una opción militar, Blinken ha respondido que “todo está sobre la mesa”, después de que Irán rechazase la oportunidad de volver al acuerdo.

as que se han producido en Irán durante meses, tras la muerte de la joven kurda Mahsa Amini, ha mermado la confianza de Occidente en las negociaciones, imponiendo sanciones contra altos cargos iraníes.

“Ahora nuestro enfoque está en las muchas cosas que han sucedido desde entonces, incluida la horrible represión del pueblo iraní en las calles de Irán cuando los jóvenes, las mujeres en particular, han estado defendiendo sus derechos”, criticó Blinken, que destacó la “tremenda solidaridad en todo el mundo con el pueblo iraní”.

“Al mismo tiempo, también vemos que Irán apoya a Rusia en su guerra de agresión contra Ucrania, proporcionándole drones y potencialmente otros sistemas de armas”, agregó.

Irán tiene suficiente uranio altamente enriquecido para construir “varias” armas nucleares si lo desea, advirtió esta semana el máximo responsable del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

De acuerdo con la oficina de la ONU, los esfuerzos diplomáticos encaminados a limitar de nuevo el programa atómico iraní parecen más improbables que nunca, mientras Teherán arma a Rusia en su guerra contra Ucrania y los disturbios sacuden a la República Islámica.